In Memoriam
Escribo esto a modo de obituario. Tal vez, al ver escritos los pensamientos más recurrentes que rondan mi mente desde hace semanas, pueda al fin deshacerme de ellos. Las palabras brotan a borbotones desorganizadas, chorreando más que tinta mi alma misma. La transmutación casi alquímica ha comenzado, destilando lágrimas en letras y este escrito.
Escribo, para apagar la llama de los sentimientos que me han consumido por tanto tiempo. Escribo, para intentar borrar el sentimiento no correspondido que me inquieta y del que estoy agotada. Mi corazón late pesadamente y temo que en cualquier instante se detenga, aprisionado por esta sustancia espesa que hoy lo envuelve en un letargo que debe terminar.
Es curioso, ¿no crees?, que aún cuando la tinta da vida a nuestros pensamientos y sus mundos, sea también aquello que pueda dar muerte a los sentimientos. Es por eso que escribo este obituario “En memoria de lo que no fue”.
Escribo, para dar sepulcro a la memoria de tu rostro sonriente, para que el pequeño amor que sentía regrese a la tierra donde pertenece. Pienso que, tal vez, si devuelvo este sentimiento al centro de la Tierra misma, pueda después renacer en tierras más fértiles. Como una flor-fénix que resurja de entre sus propias cenizas.
Hoy soy más polvo que sustancia. Soy más hueso que sangre; más pensamiento que materia ¿Cómo dejé que me consumieras de esta manera? Estar a tu lado era entregarme constante y sin pausa. Una entrega no correspondida que acabó por drenar mi espíritu antes libre. Siento mis bordes difuminarse, como si mi cuerpo mismo se erosionara y dejara de ser.
Yo, que era toda viento y plumaje, me vi arrastrada hacia ti: un mar de aguas profundas. Dejé de volar para intentar sumergirme en aquel océano de posibilidades infinitas. Deseaba conocer tus aguas de colores cambiantes, desde el turquesa hasta el azul de medianoche. Tarde descubrí que la oscuridad y misterio eran tan solo pozos de brea que terminaron por atrofiar mis alas que ya extrañan emprender el vuelo.
Escribo estas palabras, no para olvidarte, sino para olvidar lo que alguna vez me hiciste sentir y que no fue más que un espejismo. Escribo, para dar sepultura al afecto no correspondido. Para convencerme a mi misma de que es mejor emprender el vuelo nuevamente. Después de tanto y después de tan poco. Que este obituario a lo que nunca fue, sea testimonio y recordatorio de no perderme a mi misma otra vez.
La semilla que hoy entierro, algún día florecerá como un amor verdadero. En el que no seamos tú y yo, sino nosotros…

Comments
Post a Comment